DESCRIPCIÓN
Era una frío día, a segunda hora, cuando nuestra profesora de lengua nos dijo sorprendentemente que debiamos coger papel y boli e irnos al parque, puesto que íbamos a realizar una descripción. Todos obedecimos y cuando entramos en el parque nos esparcimos para buscar lugares o paisajes que nos llamaran la atención para tomar nota sobre ellos.
Unos cuantos compañeros y yo nos dirigimos hacia la zona de la fuente, y ahí fue donde en mi mente apareció una imagen que debía describirla.
Era un largo camino donde no se podía divisar absolutamente nada debido a la espesa niebla de la mañana, que acompañada con el frío helado que se calaba en los huesos hacia que ese paisaje fuera desolador, inóspito y ausente. Pero a la vez era precioso puesto que se parecía a una típica postal del otoño, aunque no vimos a mucha gente haciendo sus típicos paseos matutinos para despejarse.
El camino era estrecho, y estaba lleno de hojas mojadas, se encontraba en medio de una extensa explanada de grandes árboles a los cuales se les estaban cayendo las hojas. Al fondo a la izquierda se encontraban un par de bancos donde nos sentamos para tomar apuntes, estaban mojados debido a la niebla que provocaba un ambiente húmedo.
Después de un buen rato tomando apuntes y muriéndonos de frío decidimos irnos a ver a los patos que se encontraban en el riachuelo que atraviesa el parque, pero no vimos a ninguno de ellos puesto que estaban escondidos, resguardándose del mal tiempo que hacia ese día. Pasamos una hora muy agradable entre bromas y risas, además aprendimos a valorar los bonitos lugares de los que tenemos la suerte de disponer y espero hacer esta actividad otro día.